Controlar !no!. Controlarme !si!

          Resultado de imagen para imagen de soltarse      Frecuentemente tenemos o hemos tenido en nuestras vidas personas que actúan de forma controladora.  Para ellos todo está planificado, ordenado, indicado y no quieren que nadie salga del libreto que elaboran y dirigen.


La persona controladora siente preocupaciones constantemente acompañada de temores de lo más simple a lo más complejo, se envuelven en pensamientos y se llenan de angustia, ansiedad, agotamiento queriendo convencer y manejar al otro utilizando para ello: persuasión (hazlo por mi), manipulación (ruegos, chantaje) y   la fuerza (imposición) hasta la violencia.
 Las personas que están atrapadas en esta dinámica disfuncional y agotadora de querer controlar la vida, mente y sentimientos de otros, llegando a sufrir el controlador emociones negativas de ira, tristeza fruto de su percepción de que les toca cargar con emociones de culpa, vergüenza generados por el controlado.
El controlador (a) no conoce límites, no tiene respeto por la individualización, con su acción constante de controlar y dirigir castran en los que controla la capacidad de tomar iniciativas, de asumir responsabilidad, compromiso, y de desarrollar autonomía, que son indispensables para el desarrollo de todo individuo y de todo tipo de relación.
El controlador no siempre es consciente de su conducta, lo hace de forma inconsciente y logra mantener su conducta haciendo uso de los llamados mecanismos de defensa que se activan cuando sentimos angustia, el controlador usa la    racionalización para   justificarse y con esto logra no sentir miedo, angustia o ansiedad y continúa emitiendo la misma conducta.
La necesidad de controlar no es sana, y se podría explicar en muchos casos a partir de un genograma o análisis familiar donde se podrá ver como esta conducta de controlar se vivió y aprendió y se sigue repitiendo como un patrón sostenido en la lealtad familiar  (plantada por Ivan Boszormenyi-Nagy y Geraldine M. Spark) .  Podría ser también fruto de traumas vividos que implantaron temores a ser abandonados, rechazados, al fracaso, un miedo al miedo de que sin el control no estará bien nada. 
Controlar es una conducta negativa, dañina que genera agotamiento, malestar, ruptura de vínculos, aislamiento, distanciamiento.  
El objeto de este Blog es ayudar a identificar características que podrían estar interfiriendo el bienestar de los que gentilmente lo leen y logar que a partir de reconocer que podrían estar ejerciendo control, tengan un despertar un darse cuenta y acepten que racionalizar o justificar no logra el bienestar deseado.
 Es necesario aprender a soltar  al otro y agarrarse a si mismo, estableciendo limites sanos,  que  se exprese sin  obligar o imponer, entendiendo su individualidad y la necesidad de comprender que existen varias formas de realizar una misma cosas y no tiene que  empeñarse en perfección enriquece, aprender que acompañar es más adecuado que cargar,    promover el  sano desarrollo de la autonomía y la interdependencia, todos los cuales llevaran a disfrutar  de relaciones nutricias donde damos y recibimos.

Los dejo con una frase de Carl Jung: Lo que niegas te somete lo que aceptas te transforma.
imagen:https://www.google.com.do/search?q=imagen+de+soltarse

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Soy cactus o abrazo cactus?

¿Soy empatico?

La Ultima Gota