¿Soy empatico?
Empatia
La empatía es tener
capacidad de comprender el punto de
vista de la otra persona,
comprender su estado emocional y anímico, comprender sus circunstancias
personales y su historia de vida.
Para ser empáticos tenemos
que desconectarnos de nuestra problemática, centrar nuestra atención en el
otro, dejarnos llevar por sus palabras y sentimientos, apagando nuestra habla
interna, y enfocando nuestros sentidos en el que tenemos en frente.
No es ponerse en el
zapato del otro, para sentir como ese otro, como se ha dicho muchas veces,
porque ese otro tiene sentimientos, razones, ideas que no necesariamente son
las nuestras o nuestros enfoques de la vida, y desde su historia están las
razones de su pensar, sentir actuar, que no necesariamente conocemos o el mismo
conoce.
Ser empático requiere
: 1.- estar disponible para una escucha activa, atenta, sin distracción, interrupción (por ej. dame un minuto,
continuamos ahora), 2.- estar y mantenerse sin juzgar , ni infravalorar lo que está
expresando (no importa, eso no es nada), 3.- no contra-argumentar (pero.., pienso….), ni dar soluciones (deberías… podrías…), opciones (quizás
si… ), 4.- No mostrar experiencias
nuestras como parámetro (yo …..).
La capacidad para
la empatía comienza a desarrollarse en la infancia. Los padres son
los que satisfacen las necesidades afectivas del niño, creando una especie de esquema que contiene: 1.- la imagen de uno mismo, la autoestima, la
autoconfianza; 2.- La imagen que se tiene del otro y lo que podemos esperar de
las relaciones interpersonales; 3.-La intimidad: la confianza, el cariño, los
cuidados; 4.- Las bases para la regulación y expresión emocional, la empatía.
Pero, si los padres
no saben mostrar esos sentimientos y comprenderlos, sus hijos no aprenderán a
expresar emociones propias y por tanto, no sabrán interpretar y sentir las
ajenas.
Según la teoría del
apego de John Bowlby,
médico y psicoanalista, si una persona,
durante sus años de formación, tuvo un apego seguro con sus
padres y/u otras figuras significativas de su vida, en su etapa adulta tendrá
una actitud positiva o una tendencia marcada a tener confianza en las personas
con quienes establezca una relación íntima, de pareja, de amistad o de trabajo.
Será empático con los demás porque tienen una imagen positiva de sí mismos y de
los demás, confían en el otro cuando necesitan ayuda, del mismo modo que da
soporte cuando se les necesita.
Por el contrario,
un individuo ha tenido experiencias
negativas con sus padres y otras figuras de apego durante sus años de formación,
tendrá la tendencia a no esperar nada bueno, estable, seguro, gratificante de
las relaciones que pueda esperar en su vida adulta. El mismo no sabrá
relacionarse bien y, si los otros no responden de manera adecuada,
profundamente no esperará otra cosa, esperará rechazos, falta de respuesta
empática o relaciones accidentadas. No sienten empatía, son propensas a evitar las relaciones cercanas y duraderas, pues
aprendieron que sólo proporcionaban dolor. Se sienten orgullosos de su
independencia, sin darse cuenta de que podría ser una actitud defensiva que les
protege de tener que establecer esa relación de intimidad que tanto temen.
Nadie puede dar lo
que no tiene, por eso a ser o no empático se aprende, ya en el proceso de formación
o si no se dio en esa etapa, también se aprende
desaprendiendo o desmontando esos esquemas mentales que crearon percepciones de amenaza, abandono, rechazo, negligencia, ausencia de cariño,
maltrato en los vínculos afectivos .
Es importante ser empático,
es un valor humano, y debemos hacer un autoanálisis,
preguntarnos ¿soy empático? Y respondernos con perspectiva positiva de si no lo
he sido, proponerme serlo, a partir de identificar que no , buscar herramientas que me lleven a serlo, iniciar un
proceso que finalice con la bendición de sentirme emocionalmente cercano como
individuo que ríe, llora, se entristece, se enoja y gusta la compañía de otros
para disfrutar el intercambio y que está dispuesto a escuchar con atención, sin
distracción, sin enjuiciar, ni argumentar, simplemente estar ahí y acompañar,
ayudar desde donde se pida, con respeto y amor.
En la biblia
podremos ver cómo se motiva a ser empáticos en Romanos versículo 12:15 dice: “gozaos
con los que se gozan, llorad con los que lloran”. Esto requiere que mostremos
el amor que Dios ha depositado en cada uno de nosotros a los demás.
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