Compromiso una acción mas que palabras
S. Lehman dijo “el compromiso es lo que transforma una promesa en realidad, es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más alto que las palabras, es hacerse al tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas, es el material con el que se forja el carácter para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo.
Nuestros compromisos están donde están nuestras convicciones. El que está comprometido cumple con sus obligaciones, con aquello que se ha propuesto o que le ha sido encomendado. Es decir que vive, planifica y reacciona de forma acertada para conseguir sacar adelante un proyecto, una familia, el trabajo, sus estudios, etc.
Para que nos
comprometamos debemos tener aceptación de las normas, capacidad de superar
la frustración y saber aceptar nuestras
responsabilidades por nuestras propias elecciones, así como por la toma de
decisiones y acatar las consecuencias de las mismas..
Quiero enfocar el
compromiso desde el que asumo como individuo (conmigo mismo), y los que puedo llegar a desarrollar en los
distintos roles que tenga, como el de padre, madre, empleada, amiga, sociedad.
El compromiso que
me llevara a lograr los demás es el que tengo que desarrollar para conmigo e implica amarme (buena autoestima),
respetar (autorespeto), cuidarme de manera integral desde mi alimentación (sin
excesos), higiene, (presentación,
lenguaje) estar cimentado en convicciones
valores humanos de: honestidad, responsabilidad, respeto, organización,
disciplina, humildad, perseverancia.
Debo priorizar
formarme en conocimientos teóricos,
prácticos y enriquecerlos con experiencias que desarrollen habilidades y competencias
sociales (amabilidad, empatía), interrelaciónales (autorregulación de
emociones), laborables (tener sentido de pertenencia o ser el guía de equipos
de trabajo).
Procurar todo
lo que me permitan ser y hacer en mi
entorno que las cosas pasen y se den, (convertir las promesas en
realidades) para lo cual deberé poner en
práctica los valores citados con
perseverancia, versatilidad, operatividad, funcionabilidad,
humildad, dirigiéndome en una ruta a
logros de metas de corto , mediano y largo plazo.
Debo comprometerme con el recreo diario que me
debo, divertirme sin excesos que me
devuelvan o alejen de mis metas, tener motivaciones, enfoque de saber que
quiero, que necesito, y esto me dará el
propósito que me llevara a crecimiento constante y logros verdaderos.
Cuando me he
comprometido conmigo de la forma correcta, estaré listo para el compromiso con otro (pareja) desde la
interdependencia donde mi autoestima no dependa de la pareja, porque no
temo la intimidad y la independencia no supone un riesgo para la relación.
Donde proporcionamos el respeto mutuo y
el apoyo a los objetivos personales de cada uno, pero ambos estamos
comprometidos con la relación. De hecho mi compromiso conmigo me permite asumir
la responsabilidad de mis propios sentimientos, acciones y contribuciones a la
relación. Debido a que mi autoestima en niveles adecuados, me permitirán
manejar mis pensamientos y sentimientos por mí mismo y no tengo que
controlar al otro para sentirse bien.
Este compromiso de
pareja es complejo porque no depende de
uno, es cuestión de dos manejando muchas variables internas y externas, por lo que representa constantes retos en los
que ambos deberán trabajar (negociando, cediendo, aceptando), para cumplir con
lo prometido (estabilidad, durabilidad, acompañamiento) cuando las circunstancias
se ponen adversas y obtener el triunfo
diario de la integridad sobre el escepticismo.
El compromiso se
inicia en la niñez y durante esos años el niño empieza a comprender el concepto
de deber, y lo interioriza: desde las obligaciones de los adultos el niño
adquiere la capacidad de obligarse a sí mismo a realizar una tarea, a
permanecer en una actividad, aunque no sea placentera. Aprende a planificar su
aprendizaje, a organizar su tiempo. Al tener mayores capacidades, aumenta la
responsabilidad, la autorregulación adquiere una dimensión moral, el niño
comienza a preocuparse por las consecuencias de sus actos.
Distingue en su
entorno qué normas son convencionales (forma de vestir, algunas tradiciones,
normas de conducta) y cuáles son morales y de mayor importancia (no hacer daño
a los demás, no robar, no mentir).
Si nuestra
formación no se dio como debió y se describe debe ser, podemos iniciar el
proceso de revisión de logros, resultados e identificar si: ¿me he comprometido
conmigo mismo? ¿Con mi pareja? ¿Con mi empresa? ¿Servicios?, ¿con mi ambiente,
con mi sociedad?
Las respuestas
sinceras, verdaderas a estas preguntas me servirán de plano para estructurar
mis compromisos y hacer los cambios, restructuraciones, novedades que fueren de
lugar en cada rol y disfrutar de poder lograr transformar mis promesas (como
padre-madre, esposo(a), hijo(a) empleado-Jefe) en realidades.
Me comprometo
realizarme las preguntas, y uno de estos días, escribiré las respuestas y puede
ser que la respuesta vaya de la mano con
el siguiente pensamiento:
“Mantente comprometido con tus decisiones,
pero se flexible en tu enfoque”.-Tony Robbins
Y finalmente exhortar a que sea cuales sean nuestros compromisos tengamos claro que para
lograrlo debemos primero estar comprometidos con nosotros para poder estar comprometidos con ……….y todos los demás que surjan mientras estemos vivos.
imagen/www.google.com.do/search?q=compromiso+con+uno+mismo+y+con+los+demas
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