Pedonar proceso para la paz
Mas que una palabra, una acción para la libertad
de una prisión cuyos muros construimos y nos encerramos en ellos.
Proceso que inicia cuando decidimos salir del dolor, solar
y dejar de sentir ira, tristeza, que se expresan y se convierten en sentimientos negativos
hacia si (resentimiento) y hacia otros (deseos de venganza).
El perdón es la
llave a la libertad, el antídoto del veneno, la paz, el sosiego el final de un proceso que nos
conecta, hace que podamos sonreír y abrazar desde el alma.
Cada individuo
reacciona ante la frustración, impotencia, injustica, con la capacidad que
tiene para vivir y enfrentar las situaciones, circunstancias en las que se
encuentra. La experiencia vivida (acoso, daño, herida) se da esencialmente en
el plano de los sentimientos, de los estados afectivos por eso hay que
procesarlos.
El perdón es una
opción que se ofrece, es darnos la oportunidad de procesar un agravio, de
disolver resentimientos, ira e indignación aceptar e identificar lo que nos dolió,
hirió e iniciar con la disposición de liberar el enojo, de no convertir en
resentimiento y amargura.
La APA (la
Asociación de Psicología Americana), define el perdón como un proceso (o
el resultado de un proceso) que involucra un cambio en las emociones y
actitudes hacia un ofensor.
Jesucristo exclamo
en la cruz: “padre perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Muchas personas no
se responsabilizan del daño que provocan
sus acciones, palabras, juicios, prejuicios, actúan sin tomar en cuenta al otro en el
escenario, no frenan sus impulsos y avasallan, aplastan, no serán capaces de
reconocer su falta de empatía, abuso, daño y justificaran y mantendrán con argumentos.
En este caso el perdón no implicara reconciliación, no supondrá nunca restaurar la relación con
alguien que con mucha probabilidad pueda volver a hacer daño. Para que se dé la
reconciliación del vínculo fracturado o roto es necesario que haya concurso de ambas voluntades del ofensor y
ofendido, reconocimiento de la falta y aceptación, que si uno regularmente el
ofensor es egocéntrico, carente de una
culpa o vergüenza apropiada no lo hará, y por ende la reconciliación no es
posible.
Se necesita un
darse cuenta, un despertar, que nos lleva a experimentar (sentir) las emociones
asociadas (a ofensa), para que surjan
actitudes y comportamientos que encaran la ofensa, buscando enmendar el daño a
partir del proceso de afrontamiento, que busca cambiar la situación que creó
los sentimientos negativos, sin absolver de su responsabilidad al ofensor, es solo
soltar la carga que lleva de esa persona que lo ha herido y restaurar su
bienestar.
Las personas que no
quieren perdonar difícilmente logran
vivir el momento presente, están aferradas de una manera obstinada al pasado,
mal logrando su presente, además de bloquear el futuro.
Estos procesos no siempre se pueden realizar
solos con la voluntad, necesitan acompañamiento porque se da en etapas.
Primera: análisis y
reconocimiento donde identificara lo que necesita perdonar y para qué.
Segunda: aceptación
del sufrimiento y de las emociones. Canalizar
a partir de procesar pasándolas por los
filtros adecuados, donde la tristeza, la
ira se convertirá en paz, la pesadez se convertirá en una sensación de
ligereza.
Tercera etapa: Elegir
la opción de perdonar. Expresas tu voluntad de
abrir de dejar ir esos sentimientos ligados al evento, fijados en la
memoria.
Cuarta etapa: Establecer compromiso con el proceso a partir de ver los
beneficios que obtendrás
Quinta etapa: Trabajar
en las estrategias de afrontacion
adecuadas para construir factores protectores
que favorezcan el desarrollo
humano y aumente la resiliencia o capacidad para sobreponerse a los
distintos contratiempos.
Tú tienes todo el
poder para cambiar tus emociones y por lo tanto llegar a ser más feliz
desprendiéndote de resentimientos y rencores, es cuestión de darse cuenta e iniciar proceso.
Feliz año nuevo para todos mis lectores. Dios los colme de bendiciones.
Feliz año nuevo para todos mis lectores. Dios los colme de bendiciones.
imagen:www.mystalk.com
Hola, muy bonita y edificante reflexion , la verdad que no tiene desperdicios.
ResponderEliminarGracias por sus aportaciones.
Un abrazo!